Cabuya ...
Pongo las manos sobre mis ojos y apoyo mis codos contra lo primero que encuentro, presiono, todo se torna violeta, muy gris y oscuro, aumento la presión suavemente, gradualmente, casi imperceptiblemente, progresivamente palpo como aquel telón cambia su tonalidad de negro, cada vez mas profundo, mas austero, mas mío, sigo presionando sin perder la calma, vaya que es difícil soportar y contener la ansiedad, ¡casi me detengo!, solo perplejidad acalla la banda sonora, luciérnagas de colores, muy distantes voluntariosas e improbables pasean por mi mente, la acarician, la destruyen, ¡que bien se siente!, taladran el opalino y mate lienzo, juegan y se pierden en mis recuerdos, arrugan mi alma creando figuras caprichosas en mi mente, figuras que danzan entrelazadas con mis corneas, las seducen, las hacen suyas hasta el punto de impregnarlas, ahora me pertenecen y pasarán un tiempo alimentándome.