SHV-542
Te descubrí a mi lado mil años después de que te supe perdida.
Torne mis ojos sobre mi hombro y tu estabas allí, no te conocía, pero ya estabas muy cerca.
Me sonreíste al sentir mi dolor, se que también estaba presente en ti y oprimía entrañas a tu corazón, vi tus ojos y casi te reconozco.
Simplemente como un acto de cortesía me despedí, tomaste tu camino y se alejo del mió, pero nunca lo sentí así.
Me encontraste sonreíste y hablaste de cosas que en el momento mi mente no pudo procesar ni entender. Me despedí y te deje.
De nuevo llamaste mi atención, pude ver algo familiar en tus ojos y en tu boca pero aun no quería entender, trataba de hacerlo, cruzamos miles de palabras y algunos silencios, me pedías que fuese yo quien te rescatara y no pude reconocerte, simplemente huí.
Ahora soy quien te busca, ahora se quien eres y ya no importa, no existes más, puedo sentir que uno puede perder lo que jamás tubo.
Hábilmente te abriste paso por el cáncer de mi corazón, sentí tu calor y no me avergonzó hacerlo. Se que volví a amar por un segundo y espero recordarlo siempre, aunque ya no te busque bajo las piedras con mi llanto.
Gracias desconocida, espero reconocerte entre la multitud.