Trabajo, Solo Trabajo
Increíble la impotencia que se siente el trabajar para una entidad del Estado colombiano, difícil resulta controlar las ganas de adquirir un artefacto bélico de altísimas prestaciones y arrasar con un par de ministerios diariamente, para después bañado en sangre saltar al vacío con una sonrisa impoluta, con la paz de la labor cumplida.
Son mundos aparte, vetustos ejemplos de mortandad, vertiginosa lentitud, horripilante pasividad, inexplicable ineficiencia, instituciones que solo recuerdan parias lacras parásitas, duele, duele muchísimo sentirse castrado, sentir su moribunda esencia, su fétido aliento llegando a tus pulmones, contaminadote, consumiéndote…